La pesadilla de alemán por la compra de 2 apartamentos en Barranquilla

En el aire están en estos momentos 500 millones de pesos y el sueño de construir un hogar en Colombia del ciudadano alemán Guido Kuck y su familia, quienes compraron de contado dos apartamentos en Barranquilla y, casi un año después, la firma Grama Construcciones no les responde por las escritura de los inmuebles.

Pese a las cartas a la constructora, reclamos, denuncias en medios locales y gremio de la construcción, hasta el momento no ha recibido una solución.

Los apartamentos le fueron entregados, pero legalmente no son suyos, ya que siguen a nombre del banco BBVA, porque la constructora no le pagó los dineros de la hipoteca; es decir, no se completó el proceso de escrituración.

Grupo Andino Marín Valencia Construcciones S.A. (Grama Construcciones S.A.) es una firma que tiene varios años en Barranquilla, donde ha desarrollado muchos proyectos inmobiliarios en diferentes sectores de la capital del Atlántico y su área metropolitana.

La cabeza de esta firma es Fernando Marín Valencia, el exembajador colombiano en Venezuela, preso por el delito de soborno y por su presunta participación en el llamado ‘carrusel’ de la contratación en Bogotá.

Desde hace unos meses el número de quejas de afectados por incumplimientos de la empresa es grande.

Me parece que todos saben sobre los daños que Grama y realmente nadie cuida de eso, ni alcaldía, ni gobierno, ni la Superintendencia. Hay bastantes denuncias y las constructoras siguen vendiendo

“No solo ha incumplido con la entrega de los inmuebles, sino que varios de ellos ni siquiera han iniciado. Y lo peor, que no hay respuestas efectivas sobre la entrega de las viviendas o la devolución de los dineros pagados por los compradores”, sostiene el veterano periodista barranquillero Jorge Mariano Rodríguez, quien realizó un reportaje en el que denuncia a Grama.

Es el caso del ciudadano alemán, que pagó 237.300.000 y 222.300.000 por los apartamentos, en el Conjunto residencial Horizontes de Villacampestre, cuyo paz y salvo está certificado por la misma gerencia regional del proyecto, pero pasaron los 60 días hábiles, en junio pasado, que le pidieron esperar para entregarle la escrituras hasta la fecha sigue esperando.

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“Yo he recibido muchas quejas de otros afectados, menos grave, me parece que todos saben sobre los daños que Grama y realmente nadie cuida de eso, ni alcaldía, ni gobierno, ni la Superintendencia. Hay bastantes denuncias y las constructoras siguen vendiendo”, sostiene Guido.

Guido Nuck

Guido Kuck, alemán quien reclama escrituras de los predios.

Foto:

Archivo particular

Le vendieron un sueño

La historia Guido, de 44 años de edad y quien aún reside en Alemania, donde se trabaja como gerente de proyectos, comenzó en el 2018 cuando llegó a Barranquilla y conoció a su pareja, con quien tiene hoy una familia. Cuenta que se dejó seducir de La Arenosa por la amabilidad, felicidad y cultura de su gente, además de la música. “Es una ciudad que ofrece mucho más que Carnaval”.

Pensó en organizarse con su nueva familia y establecer aquí. Los anuncios de proyectos inmobiliarios de la constructora Grama, colocados en centros comerciales, revistas y calles de la ciudad, lo atraparon. Recuerda que acompañado de su pareja visitó la oficina de ventas de la empresa y decidieron comprar los dos apartamentos en el mismo proyecto porque le pareció una muy buena oportunidad.

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“Tenía piscina y zonas comunes, en especial con bastante cosas de hacer para los niños”, cuenta él, confiesa que su plan era usar un apartamento para vivir con la familia, tiene dos niños pequeños, y el otro para arrendar. “Todos los ahorros deberían ser inversiones para el futuro de nuestra familia”, señala.

Imagen de conjunto en Barranquilla

Esta es una de las imágenes de los espacios interiores del edifcio.

Foto:

Archivo particular

El dolor de cabeza

La vida se le comenzó a torcer a Guido en septiembre del 2018 cuando la constructora Grama le informó que uno de los apartamentos en la urbanización Ciudad Caribe que había comprado se vendió a otras personas. Lo invitaron a firmar un nuevo contrato para otro apartamento en el mismo conjunto.

“Supusimos que las condiciones del contrato serían las mismas y firmamos inmediatamente este contrato. Solo más tarde descubrimos que este nuevo contrato tenía un cambio sustancial, una tarifa del 10 por ciento en caso de cancelación, mucho más de lo acordado en el contrato anterior (antes era solo 1 millón), eso significaría que tuvimos que pagar una tarifa de 11 millones de pesos colombianos”, contó.

Tengo un contrato que no sirve y me da miedo de hacer más negocios aquí

Llegó el mes de diciembre y aún los apartamentos del proyecto residencial Caribe no despegaban, por lo que Grama Construcciones les presentó Horizontes de Villacampestre, como el único proyecto con entrega inmediata.

“Nos explicaron que si decidiéramos comprar con horizontes, podríamos recibir los apartamentos ya en febrero o marzo. Y, obviamente, el proyecto Horizontes estaba muy avanzado. También nos ofrecieron un bono de 6 millones de pesos colombianos para cada apartamento”.

Guido cuenta que además de valor de la compra Grama les debe 4 millones de saldo positivo. “Pagamos 1.800.000 de pesos los gastos notariales, para una escritura que no sirve de nada”, dice el hombre quien hasta el momento se ha gastado tres millones de pesos en servicio de abogados.

Todos saben sobre los daños que Grama y realmente nadie cuida de eso, ni alcaldía, ni gobierno, ni la Superintendencia. Hay bastantes denuncias y las constructoras siguen vendiendo

Grama solo le ha respondido que “están enfocados en solucionar”, pero no ha pasado nada.

EL TIEMPO intentó en reiteradas ocasiones comunicarse con funcionarios autorizados de Grama pero no obtuvo respuestas.

Guido regresó este fin de semana de Alemania a continuar su lucha. Pese a los problemas que ha tenido con los apartamentos no ha cambiado su forma de ver a los colombianos ni a los barranquilleros.

Pero lo que sí tiene claro es que a la hora de negocios e inversiones es otra cosa, “y Colombia tiene mal fama de corrupción y malversación. Primera vez estoy afectado, Tengo un contrato que no sirve y me da miedo de hacer más negocios aquí”, sostiene y por eso no se atreve a recomendar extranjeros que venga a invertir a Barranquilla.

“Alemania no es perfecto pero al menos hay reglas de proteger su propia gente, y una cosa así nunca pasaría allá”, puntualiza.

Leonardo Herrera Delgans

Corresponsal de EL TIEMPO Barranquilla

En Twitter: @leoher69