La sobreviviente a dos cánceres que quiere ser alcaldesa de Pereira

Adriana López Giraldo recuerda que la batalla contra el primero de los dos cánceres que ha tenido en sus 50 años de vida fue como una de las famosas gestas cívicas de Pereira, su ciudad natal. “Por mi vida hicieron hasta misas campales”, rememoró. Orar por la recuperación de la entonces niña de 8 años se convirtió en una causa común como fue construir el aeropuerto Matecaña o la Villa Olímpica.

La Pereira de mediados de la década de 1960 era una ciudad pequeña y los padres de López eran reconocidos por su espíritu cívico y el servicio social. Los López Giraldo eran una familia representativa de la sociedad pereirana.

Finalmente, tras dos años de quimioterapias intensivas, la segunda de las tres hijas de Fabio Alfonso López y Anita Giraldo, le ganó el primer asalto a la enfermedad. En la dura pelea perdió una pierna, pero derrotó a un agresivo osteosarcoma que afectó su rodilla izquierda.

La noticia de la superación del cáncer de la niña López se regó como pólvora en el entonces municipio que se estrenaba oficialmente como capital de Risaralda tras la escisión del Viejo Caldas en los departamentos de Quindío, Caldas y Risaralda.

“¡Adrianita, siempre con la cabeza erguida porque detrás de usted hay una gran generación y usted debe demostrar de lo que está hecha!”, le dijo a la otrora niña el poeta Luis Carlos González, el icónico autor de ‘La Ruana’, un día que la vio pasar, cabizbaja, por en frente del antiguo Club Rialto, donde el bardo se tomaba docenas de tintos mientras masticaba en su mente centenares de versos.

Incluso, González, fallecido en 1985, le dedicó algunos poemas. Un verso de uno de ellos ha estado en la memoria de esta profesional en finanzas, gobierno y relaciones internacionales, graduada en la Universidad Externado de Colombia. “No existe la opulencia de la rosa, sin el trono imperial de las espinas”.

¿Cómo no devolverle tanto amor a Pereira y a sus gentes? La respuesta era regir los destinos de la ciudad. Ese propósito tomó más forma en 1993 cuando, a sus 27 años, López era secretaria de Gobierno de Pereira y por líos del entonces alcalde, el liberal Juan Manuel Arango, fue nombrada por el Presidente de la República como alcaldesa encargada.

Pero el cáncer le tenía preparada otra celada. Ya estaba casada y tenía dos hijas. En este asalto, la enfermedad apareció en su seno izquierdo. No era una metástasis del primer cáncer, era uno nuevo y avanzado. Ya no hubo una movilización masiva de la ciudad pero sí las cadenas de oración de sus familiares y amigos y el apoyo total de Diego Sepúlveda, su esposo.

Nuevamente hubo quimioterapias, un vaciamiento linfático total y mucha pero mucha fortaleza, fe paciencia y amor de su familia y sus amigos. En esta nueva batalla debió dejar otra de las partes de su cuerpo -fue necesaria una mastectomía total para salvar su vida a los 39 años de edad- pero doblegó al cáncer otra vez.

Hoy, Adriana López Giraldo, candidata por el Centro Democrático, se para en frente de la gente y le cuenta sus ideas para gobernar a Pereira. Lo hace apoyada en una muleta y en su “pata de palo”, como llama a sus prótesis,las mismas que no fueron obstáculo para aprender a montar en bicicleta, jugar y correr al lado de sus dos hermanas. “A mí nunca me victimizó mi mamá. Ella me decía: ¡Vea señorita, usted es igualita a todas sus hermanas!. Al contrario me tiraba más duro que a ellas”.

Aunque recordar la lucha que le ha tocado librar contra el cáncer aún le saca lágrimas y hace emerger su faceta sensible, López se define como una mujer pragmática, ejecutora, gestora, que sabe movilizar personas y conseguir recursos donde sea. “Si Dios aún me tiene en esta vida, debe ser por algo”, dice.

FERNANDO UMAÑA MEJÍA

CORRESPONSAL DE EL TIEMPO

PEREIRA