La papa, el alimento que está cambiando el rol de las mujeres en Toca

Aquí en una parcela de Toca (Boyacá) se ve a los hombres cargando a los niños y a las mujeres en el campo cultivando papa. Es un panorama poco usual para uno de los territorios antiguamente paperos de Colombia, donde el género masculino por años lideró el trabajo de campo, pero que con la escacez de agua fueron perdiendo su lugar como productores ante Cundinamarca, que ya abarca una importante parte de la torta nacional.

Con el tiempo y ante la adversidad, las familias campesinas han venido desarrollando todo tipo de estrategias para sobrevivir, todas con escasos resultados pues el apoyo estatal es pobre en estas zonas apartadas del país.

Sin embargo, hace poco más de dos años, una nueva oportunidad llegó para 17 familias de la región, cuando una importante marca de fabricación de productos de paquete del mundo pidió a la comunidad organizarse para empezar a comprarles papa cultivada por ellos mismos.

La propuesta era importante, pues después de mucho tiempo de dejar a un lado uno de los cultivos tradicionales de sus ancestros, debían retomar desde ceros la siembra, cuidados y recogida de este importante alimento y además unir fuerzas entre las familias pues ya en el campo no hay mucha mano de obra para trabajar.

Fue entonces cuando las mujeres de esta comunidad encontraron un espacio para empezar a surgir, entre ellas doña Pilar Rodríguez Nieto, quien con el paso del tiempo no solo logró unir a las familias en torno al negocio de la papa, sino además aglomerar a un grupo de mujeres para que lideraran el proceso.

«Me siento feliz porque esto me ha dado la oportunidad de lograr ingresos para mi familia, crear un proyecto sostenible comunitario y además estar al frente del proceso», explicó a EL TIEMPO doña Pilar mientras se dedicaba a recoger papa luego de que los bueyes araran la tierra para poner en evidencia más de seis meses de espera por la cosecha.

Junto a ella, otro compañero de AgroToca, la asociación de agricultores de la región, carga a su hijo de escasos tres años y juega con él mientras otras cuatro mujeres se dedican a seleccionar y encostalar la papa para montarla en camiones que pronto irán a Bogotá.

Pilar Rodríguez Nieto

Los hombres, además de trabajar en el campo, también apoyan las labores de cuidado de los pequeños.

Foto:

María del Mar Quintana Cataño

Doña Pilar cuenta que el proyecto ha ido creciendo y que hoy ya son más de 22 familias las que se benefician y por ende más de 22 mujeres que han cambio sus roles de cocina y amas de casa por el de agricultoras.

«Nuestra papa está llegando a mucha gente en el país y la verdad cada una está cargada de sueños y mucho trabajo por parte de nosotros los campesinos que todos los días estamos de pie desde las 4 de la mañana para sacar adelante este proyecto», añade doña Pilar.

La misma líder aclara que eso no significa que los hombres no estén participando, pues muchos de ellos cultivan y recogen al igual que ellas, pero sí que las mujeres ahora están teniendo un protagonismo en este proceso que antes no se veía.

«Nuestra intención es seguir aprendiendo, que nos capaciten y nos ayuden para seguir cultivando nuestra papa para que podamos surtir a Colombia», finaliza.

Pilar Rodríguez Nieto

Desde la siembra, son seis meses los que deben pasar para que los campesinos puedan recoger la cosecha de papa.

Foto:

María del Mar Quintana Cataño

La propuesta

«Al principio los campesinos empezaron entregando una producción de 280 toneladas y para este año creemos que llegarán a las 1300, esto es todo un logro para la comunidad y para este proyecto que Pepsico, en asociación con Reconciliación Colombia, decidimos crear hace un par de años para apoyar a los productores locales y sobretodo, al trabajo de las mujeres que hoy en día lideran el proceso», dijo a EL TIEMPO María Paula Cano, gerente de Asuntos Corporativos para la Región Andina de la compañía.

Según Cano, «creemos que es un modelo sostenible porque lo hemos venido trabajando en varias dimensiones: en temas de confianza, de asociatividad y también muy desde la parte técnica en el cultivo para que la papa sea de excelente calidad».

Por último, la gerente resalta la importancia de haber logrado que los miembros de esta comunidad trabajaran en equipo y piensen a futuro en el bien común sostenible.

María del Mar Quintana Cataño

Redacción APP

@Miradelmar