Comunidades Indígenas denunciaron el asesinato del guardia indígena de Toribio Canas Velasco, de 53 años. Ocurrió en el casco urbano de Tacueyó, esta misma localidad del norte del Cauca.

El crimen se conoció este lunes festivo, pero sucedió a las 10:30 de la noche del domingo pasado cuando el comunero conversaba con unos amigos en su residencia. Allí llegaron hombres encapuchados sin mediar palabra y le propinaron varios disparos, provocando su muerte inmediata.

Canas Velasco era esposo de Elcy Mesa, coordinadora de Salud del Plan de Vida.

De acuerdo con Joe Sauca, coordinador del Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric), aún no se ha establecido si el crimen tiene que ver con problemas personales o guarda relación con su actividad como guardia indígena.



Así mismo, la organización denunció que horas antes de este crimen fue encontrado un panfleto en el resguardo indígena Pioyá, firmado supuestamente por el cartel de Sinaloa y donde manifiestan que “empezó la limpieza en Caldono” y amenazan algunos líderes de la zona.

“Reafirmamos y valoramos a la Guardia Indígena como defensora de la vida como lo manifestaron en el encuentro nacional de la guardia, que los grupos armados, vengan de donde vengan, no nos van a callar ni mucho menos que nos vengan amenazar en nuestro propio territorio; al mismo tiempo invitamos a los que se prestan para alimentar estos grupos a través de los cultivos de uso ilícito que se concienticen que, esa manera de economía, trae terror y muerte y que están afectando otras comunidades vecinas”, señala el Cric en el comunicado.

También se hizo un llamado a los diferentes organismos de derechos humanos nacionales e internacionales a que “sigan brindando su apoyo a los procesos comunitarios de cuidado y defensa de la vida ante estos hechos que buscan agudizar las dinámicas del conflicto que están generando desarmonía en las comunidades”.

Según información de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, en 2019 se han registrado más de 36 homicidios en contra de integrantes de pueblos indígenas al norte del Cauca, al menos 53 amenazas de muerte y ocho atentados.

POPAYÁN