A Yudmery Pino, una venezolana de 29 años, madre de tres hijos de 11, 6 y 1 año, casi le da un infarto cuando se enteró de que estaba de nuevo embarazada y que tendría quíntuples. Ella hace parte de los 16.752 venezolanos que dejaron su país para probar suerte en el Valle del Cauca.
“Sentí que el mundo se me derrumbaba, los médicos tuvieron que llamar a un psicólogo para que calmara, fue duro escuchar esa noticia, es fuerte escuchar que vas a tener cinco hijos”, recodaba la mujer radicada en el pequeño municipio vallecaucano de Yotoco, junto a otros 50 venezolanos.
“El médico decía son dos, pasaba el aparatico y decía son tres, luego llamó a más médicos y decían que veían cinco”, contaba.
Esa ecografía se la hicieron el pasado 25 de septiembre en Buga, la ciudad intermedia más cercana a Yotoco. En los resultados se lee, quíntuples y le indican que debe realizarse una ecografía de tercer nivel.
Ayer, volvió a Buga para hacerse una nueva ecografía y le informaron que no eran quíntuples, sino trillizos. De acuerdo con la ecografía, «se observan tres estructuras fetales de 21 semanas y cuatro días y no se observan malformaciones».
Yudmery Pino ya tiene tres hijos, el menor de 1 año.
Juan Pablo Rueda, EL TIEMPO
“Ahora me dicen que son tres niños, así sean tres y no cinco, es fuerte escucharlo y más en esta situación”, decía la venezolana que llegó hace cinco meses al Valle procedente de Zulia y quien asegura que en el Hospital de los Andes de Mérida, donde nació su último hijo, por cesárea, le hicieron la ligadura de trompas para prevenir nuevos embarazos.
“Pagamos por ese procedimiento, tuvimos que comprar hasta los insumos debido a la crisis que vive mi país. No sabemos qué pasó”, dice.
El primero en abandonar el vecino país fue su esposo Edgar Govea, de 32 años, quien trabaja en Yotoco como ayudante de construcción, ganándose 50.000 pesos diarios. Llegó al Valle hace nueve meses y cuando reunió para los pasajes envió por ella y por sus tres hijos.
“Como dicen en mi país, llegué y me metió tres goles”, comentaba la mujer, en medio de su angustia. Ella no trabaja y apenas terminó la primaria. No tiene ningún bien material, sola la ropa que logró traerse desde Venezuela.
Esta familia de cinco integrantes vive en la casa de dos habitaciones de Never Govea, el hermano de su esposo, quien consiguió emplearse como panadero en Yotoco.
Estaba en Aguachica, Cesar, pero no se amañó, así que se radicó en el Valle hace año y medio y su compañera sentimental se vino de Venezuela hace ocho meses.
“Necesitamos espacio, somos cinco y pronto seremos ochos. No tenemos nada, así que cualquier ayuda, camas para mis tres hijos y cunas para los otros tres que llegarán serán de gran ayuda”, pedía la mujer venezolana, muy criticada en las redes sociales por este múltiple embarazo.
“Me han dicho irresponsable, que lo del embarazo es una estafa, Yo les digo, no me juzguen, en lugar de criticarme, ayúdenme”, pide la mujer.
CALI