Poemas Cortos de Humberto Fierro
Recopilación de poemas Cortos del escritor ecuatoriano Humberto Fierro. Nombres de obras destacadas del autor quiteño Humberto Fierro.
En 1919 Fierro publicó su primer libro titulado «El laúd en el valle», su segundo libro «Velada palatina» fue publicado 20 años después de su muerte, en 1949. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram ingresa al siguiente enlace.
La denominada «Generación decapitada» fue un grupo literario formado por cuatro jóvenes poetas ecuatorianos de las primeras décadas del siglo XX: dos de Guayaquil, Medardo Ángel Silva y Ernesto Noboa y Caamaño; y dos de Quito, Arturo Borja y Humberto Fierro. Son considerados los precursores del modernismo en Ecuador.
Estos cuatro escritores fueron muy influenciados por el movimiento modernista de Rubén Darío y por la poesía romántica francesa del siglo XIX. Todos leen esta poesía en el idioma original, de autores como Baudelaire, Hugo, Rimbaud y Verlaine.
El grupo recibe esta denominación, porque todos se suicidaron muy jóvenes. Aunque se conocían y dedicaban poemas el uno al otro, nunca se reunieron para crear un verdadero grupo literario.
Poema #1
Nombre: Tu cabellera
Autor: Humberto Fierro
Tu cabellera tiene más años que mi pena,
¡Pero sus ondas negras aún no han hecho espuma.
Y tu mirada es buena para quitar la bruma
Y tu palabra es música que el corazón serena.
Tu mano fina y larga de Belkis, me enajena
Como un libro de versos de una elegancia suma;
La magia de tu nombre como una flor perfuma
Y tu brazo es un brazo de lira o de sirena.
Tienes una apacible blancura de camelia,
Ese color tan tuyo que me recuerda a Ofelia
La princesa romántica en el poema inglés;
¡Y un corazón del oro… de la melancolía!
La mano del bohemio permite, amiga mía,
Que arroje algunas flores humildes a tus pies.
Poema #2
Nombre: Pantomima
Autor: Humberto Fierro
Los pobres t ontos y Colombina
Que le afligieron el corazón,
Le ven trinando su mandolina
En el Trianón.
Pierrot, que tuvo la distinción
De que le arruine la poesía
Y que una tarde quedó a la luna,
Es hoy el príncipe de la Ilusión
Y va en el cano de la Fortuna
Con sus lacayos y su blasón.
Y así le miran los denigrantes
De su preciosa filosofía,
Con las camelias y los diamantes
De la Princesa Melancolía.
Poema #3
Nombre: El fauno
Autor: Humberto Fierro
Canta el jilguero. Pasó la racha.
Entre los mirtos resuena el hacha.
La rosa mustia se inclina loca
Sobre su fuente, cristal de roca.
El fauno triste de alma rubia
Tiene en sus ojos gotas de lluvia.
Poema #4
Nombre: Siringa
Autor: Humberto Fierro
Turbó tu risa de cristal sonoro
Al mirlo que habló perlas al jardín,
Y el Céfiro sahumaba de jazmín
Alborotando tu cabello moro.
Bajo la nervazón del sicomoro
El Grifo festoneado de Verdín,
Prorrumpió en un alegro de violín
Al inundar tu ánfora de oro…
Pan chispeaba sus ojos, en acecho
Del nacarado ritmo de tu pecho…
Y al ocultarse de él como de un tigre
En el margen del río, a poco trecho,
Te trocaste en la caña de que ha hecho
Su flauta azul a que la tarde emigre!
Poema #5
Nombre: De sobremesa
Autor: Humberto Fierro
Desdeñais la moral y el alma pública …
Todos sabéis, amigos y poetas,
Platón nos desterró de su República
Con guirnaldas de rosas y violetas.
A la sombra de un arco se le viera
Platicando en amor y poesía,
Y en los banquetes del divino éra
La mejor vianda su filosofía.
Somos hijos del tiempo, para el gusto
De las filosofías y las cosas;
Pero siempre veremos en su busto
La guirnalda recíproca de rosas.
Poema #6
Nombre: Retorno
Autor: Humberto Fierro
Llegó de lejano país
El compañero,
Que vimos partir del país
Un mes de Enero.
Conversa afectuoso y está
Encanecido,
Al lado del piano, que está
Dado al olvido.
¿Por qué su sonrisa infeliz
Al sol que muere?
Nos calla que ha sido infeliz,
¿Ya no nos quiere…?
El viento deshoja el jardín
Hoy mustio y viejo,
Y él ve amarillear el jardín
En el espejo.
Poema #7
Nombre: Fantasía en tono menor
Autor: Humberto Fierro
La tarde estival se inicia
en la celeste sonata
con sus oros y delicias
de plata.
Juega la flauta del ave
y hace una noche importuna
o una lánguida y suave
de luna.
En sus dulzainas armónicas
van repitiendo las brisas
ecos vagos y sinfónicas
sonrisas.
A la lira del Poniente
van mil quejas en tropel
a formar rima mugiente,
cruel.
Las palomas angustiadas
por los ayes del Ocaso
buscan la selva en bandadas
de raso…