La explosión de Beirut, ocurrida el pasado martes, es considerada por expertos como la más potente no nuclear de la historia; generando ondas sísmicas equivalentes a un terremoto de magnitud 3.3, según reportó la cadena CNN.

Autoridades locales continúan investigando las causas de esta tragedia y el porqué 2750 toneladas de nitrato de amonio se encontraban almacenadas en un sector céntrico del puerto de Beirut, capital de Líbano.

Según el último reporte oficial, hasta el momento se registran 137 fallecidos, al menos 5.000 heridos y decenas de desaparecidos.

El gobernador de Beirut, Marwan Abboud, declaró que entre 250.000 y 300.000 personas perdieron sus viviendas; y que los daños materiales superarían los 5.000 millones de dólares.

El Consejo de Ministros del Líbano ordenó prisión domiciliaria para los encargados del almacenamiento de las 2750 toneladas de nitrato de amonio.