Antioquia compró volcán que estaba a punto de ser tragado por el mar
Después de años de esfuerzos por proteger el volcán de lodo de Arboletes (Urabá antioqueño) de la erosión que lo amenaza, la gobernación de Antioquia logró comprar el lote para construir un ecoparque en torno a este importante enclave turístico. En el proyecto, informó Luis Pérez, gobernador del departamento, se invertirán 12.342 millones de pesos. Entre otras cosas, se instalarán tres espolones para frenar la erosión provocada por el mar e, incluso, se contempla la construcción de un hotel de lujo.
La idea del parque, expresó Pérez, es que todos tengan acceso al nuevo parque y a las bondades de salud que se le atribuyen al volcán. En este momento, dijo el gobernador, se están haciendo los diseños y se espera que en diciembre estén listos. “Va a ser público, para todo el mundo, no será propiedad privada ni para unos poquitos”, anotó el mandatario.
El lío para intervenir el volcán, que hoy se encuentra en serio riesgo de que se lo trague el mar, consistió en que este, desde que fue descubierto en la década del 70, perteneció siempre a privados. Las comunidades y los medios de comunicación denunciaron, por muchos años, desidia y desinterés estatal para rescatarlo. Por eso, dice el gobernador Pérez, el anuncio del ‘parque ambiental del volcán’ es tan relevante para el departamento.(Le puede interesar: El mar está a punto de llevarse las tumbas de un cementerio guajiro)
Erosión, amenaza letal
En 1950, el sitio donde está el volcán de lodo de Arboletes, ícono turístico de ese municipio del Urabá antioqueño, estaba a dos kilómetros del mar. A él solo llegaba la brisa salina del océano; las olas del caribe conformaban apenas un paisaje cercano aunque algo ajeno. Hoy, sin embargo, este se encuentra a pocos metros, amenazante con su ir y venir de olas. Si no se toman medidas rápidas, urgentes, Arboletes podría perder, en la inmensidad del océano, su enclave turístico más llamativo y uno de los focos dinamizadores de su economía.
Las obras urgentes para salvaguardarlo incluyen la construcción de tres tómbolos que están conformados por tres diques perpendiculares a la línea de la costa.
Según los expertos, el volcán de lodo de Arboletes, o diapiro, como también se le conoce, es una manifestación de las placas tectónicas Nazca, Caibe y Suramérica. Este hace parte del cinturón subterráneo del Sinú. Cada tanto, el volcán exhala, a la vista de los turistas, bocanadas que parecen estertores y están compuestas de azufre, calcio, potasio, magnesio y yodo. De ahí sus bondades para la piel.
Lorenzo Acuña, alcalde de Arboletes, comentó que el diapiro es un ícono de Urabá y que ha tratado de ser protegido, históricamente, por las comunidades. Carlos Alberto Palacio, profesor de ingeniería de la Universidad de Antioquia y quien hizo parte de una investigación sobre la erosión costera en el litoral antioqueño advirtió que el problema se debe no solo al abandono estatal. “Creo que no podemos culpar solo al Estado, también hay responsabilidad de la academia y la sociedad. Todos tenemos que asumir la culpa, la academia le dio la espalda al mar durante mucho tiempo”, puntualizó.
Según cuentas de la gobernación de Antioquia, hoy son 2.000 familias de la región las que se benefician de este enclave turístico. La Asamblea departamental, por su parte, calcula que unos 345 mototaxistas perciben ingresos de quienes visitan el sitio. Es por esto que la eventual desaparición del volcán no sería solo un desastre ambiental sino que desencadenaría, también, un declive económico para Arboletes. Incluso este hace parte de la idiosincrasia y el imaginario colectivo del municipio. “Para nosotros, el volcán hace parte de nuestras raíces, de nuestra cultura. Crecimos cuando estaba en mejores condiciones. Esperamos que sí lo intervengan para poder mostrarlo y llamar a la gente para que venga al municipio”, opinó el arboletino Jáder Antonio Bautista.
Para nosotros, el volcán hace parte de nuestras raíces, de nuestra cultura. Crecimos cuando estaba en mejores condiciones
El profesor Palacio explicó que la zona donde está el volcán es una de las de mayor erosión. Incluso, la tierra pudo haber retrocedido hasta 40 metros en un solo año. Este dato se desprende de la investigación de la que hizo parte el académico, que contempló el periodo entre 1950 y 2005. “Hay que tener en cuenta que las intervenciones no solo deben ser físicas, hay muchas variables que afectan la erosión. Por ejemplo, deben tenerse en cuenta los cambios climáticos y la gestión de las aguas lluvias y residuales, además de la extracción de arenas en las playas”, anotó el experto.
Juan Felipe Paniuaga, científico de la universidad Eafit que realizó una investigación sobre las ondas marinas y el retroceso del litoral antioqueño, advirtió que la zona costera de Urabá presenta unas características especiales que aceleran la erosión. El académico explicó que esta zona está compuesta por paredes de rocas, es decir, acantilados. El problema es que estas rocas son muy susceptibles a la acción del mar y del ambiente mismo. Es por eso que, con relativa facilidad, se desprenden y le dan un nuevo espacio al mar.
Paniagua explicó que en este momento están investigando en qué momento se dan los desprendimientos, es decir, si se dan en los periodos de sequía, de lluvias, o cuando la marea sube. Por eso, dijo, la erosión no solo depende del mar, pues estos acantilados blandos tropicales pueden retroceder incluso solo por la acción de las lluvias. “Esto quiere decir que los espolones no son suficientes, todas estas variables deben tenerse en cuenta. También se deberá determinar si es necesario un llenado de arena”, precisó el experto.
Las cifras expuestas por la investigación de Paniagua son aterradoras: si no se frena la erosión, 100 construcciones urbanas de Arboletes desaparecerían en el 2060. Otra de las hipótesis de este fenómeno es la desaparición de Punta Reyes, que aparece en mapas del siglo XIX. Este rompimiento, parece, desencadenó una aceleración de los acantilados hacia el sur, hacia donde se encuentra el volcán de Arboletes.
Todas estas variables son las que tendrá que tener en cuenta la gobernación de Antioquia para, con el futuro ecoparque, salvar al volcán de lodo del trágico final que parecía inevitable.
El volcán de lodo de Arboletes se encuentra amenazado por la erosión costera que afecta al Urabá antioqueño.
Cortesía Gobernación de Antioquia
La leyenda del volcán
Cuenta la historia, con cierta tendencia mítica, que el primer hombre en entrar al volcán de lodo fue Carlos Silgado, conocido como ‘Pipitá’. Para no ahogarse, como temía, se amarró a una cuerda y saltó dentro del espeso lodo. La leyenda se extendió y con ella se crearon nuevos rumores que pasaron de caserío en caserío por las sabanas del Urabá antioqueño y Córdoba: que alguien se curó de una psoriasis, que un hombre rejuveneció 50 años y que uno más consiguió el amor de su vida.
Miguel Osorio Montoya
PARA EL TIEMPO
MEDELLÍN.