Estudio de murciélagos permite conocer su importancia en ecosistema de las Galápagos

Cincuenta y dos murciélagos de las especies Aeorestes villosissimus (cenizo sudamericano) y Lasiurus blossevillii (rojo sureño) fueron capturados desde septiembre pasado por un equipo de investigadores y guardaparques, que tomó varias muestras para conocer la importancia de este mamífero para los ecosistemas de Galápagos.

La investigación, realizada por las universidades de Idaho, Tennessee, ambas de Estados Unidos; Técnica Particular de Loja; y la Dirección del Parque Nacional Galápagos, inició con capturas en las islas Santa Cruz y San Cristóbal y contempla otras en Floreana e Isabela.

Rodrigo Cisneros, investigador de la UTPL, explicó que el principal desafío fue la captura, porque estas especies de murciélagos vuelan sobre los cuatro y diez metros de altura para atrapar los insectos con los que se alimentan.

Las pruebas iniciaron con redes de niebla colocadas en postes de ocho metros sostenidos por guardaparques. Sin embargo, el bajo rango de captura motivó cambios.

Otra iniciativa fue el uso de globos de helio para subir las redes sobre los 12 metros, sin alterar el número de capturas. Finalmente, el incremento de individuos atrapados llegó con una técnica llamada captura activa.

El equipo desarrolló la estrategia que integra el uso de luces atrayentes de insectos (polillas), piedras lanzadas con una técnica que genera un ruido que alerta al murciélago. En este proceso los guardaparques permanecen atentos al vuelo del animal, que desciende hacia el señuelo, y lo interceptan con la red.

Danny Rueda, director del Parque Nacional Galápagos, precisó que actualmente es insuficiente la información que permitiría acciones de manejo de estas especies. La investigación permitirá conocer el tamaño poblacional, los hábitats y los recursos que necesitan para vivir y reproducirse; y otros datos como posibles migraciones interislas.

El proyecto de investigación también contempla la socialización de la información con la comunidad, para desmitificar creencias como que se alimentan de sangre; y mostrar algunos servicios ecosistémicos que brindan como mantener bajas las poblaciones de insectos, evitando que se conviertan en plagas y contribuyendo a la productividad de algunos cultivos.

Cincuenta y dos murciélagos fueron analizados en esta investigación.